Se realizó, el séptimo seminario intensivo de Ceremonial, Imagen y Organización de eventos. Alrededor de 50 personas participaron del encuentro y escucharon la palabra del profesor Aníbal Gotelli, quien fue el responsable de dictar el curso.
“Cuando hablamos de ceremonial hablamos de una disciplina de la comunicación”, aseguró con énfasis desde un atril en el Colegio de Martilleros, Aníbal Gotelli. Allí aclaró que “el ceremonial no es solamente la disciplina de los Estados o del mundo diplomático. En realidad cuando hablamos de ceremonial hablamos de logística organizativa, es decir de pautas que son necesarias para organizar cualquier tipo de reunión, sea el ámbito oficial, privado, empresarial turístico u hotelero”.
En función de esta premisa, acudieron a la charla medio centenar de personas entre las que se destacaron la concejal Marcela Amenábar, quien le otorgó a Gotelli la resolución del Concejo Deliberante que declaró al seminario de interés municipal. Además la edil dijo sentirse “muy orgullosa de que este tipo de cursos se realicen en Mar del Plata teniendo en cuenta que la ciudad está levantando vuelo en la organización de eventos”.
Aníbal Gotelli es consultor nacional e internacional en ceremonial empresario e institucional en culturas comparadas, en ceremonial municipal y coordinación interjurisdiccional. Durante la presidencia de De La Rúa ejerció la Jefatura de Protocolo de la Presidencia y luego ocupó el mismo cargo en el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires durante la administración de Aníbal Ibarra.
El objetivo que se propuso Gotelli con el seminario es explicar el concepto de organización logística que no es otra cosa que tratar de cubrir la mayor cantidad de pautas para que nada falte en una reunión o negociación. “Ese el secreto: cuando yo digo que soy un buen organizador logístico estoy diciendo que trato de encontrar todos los elementos, todas las personas y todas las secuencias de acciones para que algo salga bien”, explicó Gotelli.Para el ex jefe de protocolo y ceremonial del presidente De La Rúa, la organización logística es una disciplina de la comunicación. “A través de la logística se comunica metalingüísticamente. Se comunica mucho con la acción o con la inacción. Es decir que por acción u omisión en la logística organizativa se comunica muchísimo. Entonces, toda reunión o negociación que tenga que llegar a buen puerto necesita aplicar pautas de comunicación de armonía y respeto. El ceremonial además te ayuda a encontrar la armonía y el respeto a cada uno en su jerarquía y en su procedencia cultural”.
Si bien Gotelli aclaró que lo ceremonial y protocolar no está ceñido sólo a los representantes de los Estados, durante la presidencia de Néstor Kirchner, mucho se habló de su supuesto desapego a las pautas formales por parte del primer mandatario. Todos recuerdan sus malabares con el bastón de mando el día de su asunción, entre algunas de sus comportamientos alejados de lo que dicta el protocolo. Como titular de la Coordinación Protocolar del gobierno de la ciudad Autónoma de Buenos Aires, Gotelli tuvo que recibir en varias oportunidades al presidente Kirchner. “Lo cierto es que hay presidentes más abocados al ceremonial y presidentes menos abocados al ceremonial y quizás el ex presidente no le haya dado mucho valor al protocolo formal”, comentó Gotelli. “A pesar de ser uno de los primeros países de América que tuvo su reglamento de protocolo (28 de mayo de 1810) a lo mejor –explicó Gotelli-, somos muy latinos para algunas cosas y en las que somos muy latinos se encuentra el desapego por la organización, por la puntualidad y la formalidad”.
“El Papa de naranja”
Durante su exposición, Gotelli no ahorró en anécdotas de su pasado como responsable del protocolo de la Presidencia de la Nación. Para ilustrar un caso de buena organización o de todo lo contrario recurrió a sus 22 años de experiencia profesional. Así se remontó a la visita que hizo el Dalai Lama, líder espiritual del Tíbet, que desde la revolución cultural China vive en el exilio y que desde hace muchos años lleva adelante una cruzada pacífica por la liberación de su tierra.
Gotelli, sin nombrar al protagonista de la anécdota, contó que la personalidad argentina que debía entrevistarse con el Dalai Lama no tenía ningún conocimiento de su entrevistado. En pocos minutos había que ponerlo en tema para que no hiciera un papelón histórico delante de los ojos de todo el mundo. “Traté de explicárselo por el lado del Budismo pero no lo entendió. Traté de explicarlo por el lado del Tíbet, tampoco sabía donde quedaba el Tíbet. Traté de explicárselo por la condición del Dalai Lama de monarca teocrático en el exilio pero no lo entendió”, recordó Gotelli.Todos los intentos eran en vano y la comitiva del Dalai ya estaba a menos de cien metros de su anfitrión.
Muy tranquilo pero con cierto grado de desesperación, Gotelli, dijo: “Mire, hagamos una cosa: haga de cuenta que va a recibir al Papa pero de naranja”. Esa situación que parece tan disparatada e impensada, explicó Gotelli, sirvió para que esa personalidad que no tenía ni idea quién era el Dalai Lama, no lo besara, no le preguntara por su esposa, ni por sus hijos.“Con ese detalle del Papa vestido de naranja pudimos salvar la situación y resguardar la imagen cultural de la Argentina que es lo único que nos tiene que preocupar”, concluyó Gotelli.